VIAJES FOTOS Y COMIDA DE BERNARDO SABISKY
Por: Bernardo Sabisky
La inteligencia artificial ya no es un concepto futurista, sino una herramienta que redefine cómo trabajamos, decidimos y creamos. Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, lo tiene claro: quienes no adopten la IA como parte esencial de su día a día profesional van a quedar rápidamente relegados. Pero no se trata solo de automatizar tareas, sino de aprovechar la IA como un «amplificador de inteligencia» que multiplica nuestra capacidad de acción a niveles inéditos.
La «superagencia»: un nuevo paradigma de trabajo
Hoffman propone un concepto clave: la «superagencia». En lugar de ver a la IA como un reemplazo, hay que entenderla como un multiplicador de capacidades. Es decir, en lugar de hacer menos, hacemos más, mejor y más rápido. Individuos y organizaciones pueden escalar su pensamiento y ejecución de formas que antes eran impensables.
El momento es ahora: adoptá IA o quedate atrás
El mensaje es claro: la ventaja competitiva no está solo en automatizar tareas, sino en acelerar ideas, decisiones y acción. Hoffman enfatiza que la adopción de IA no es opcional si querés mantenerte relevante. Y aunque hay riesgos (desinformación, sesgos, mal uso), frenarla no es la solución. La clave está en avanzar rápido, pero con responsabilidad.
Claves para integrar la IA en tu rutina diaria
Rediseñá tu flujo de trabajo: Identificá tareas repetitivas, creativas o analíticas donde la IA pueda aportar valor inmediato (por ejemplo, en brainstorming, análisis de datos o redacción de propuestas).
Cambiá la mentalidad de tu equipo: Fomentá una cultura donde la IA sea vista como un «compañero de ideas», no solo como una herramienta de automatización.
Armá tu «stack de superagencia»: Diseñá una estructura interna de herramientas IA adaptadas a tu negocio y mejoralas continuamente.
De la «automación» a la «aumentación»
Estamos transitando de una era en la que la IA se enfocaba en reemplazar procesos, a una donde amplifica la creatividad, la velocidad y la precisión. El verdadero desafío es aprender a diseñar, pilotear y explotar bien nuestra «superagencia» personal o corporativa.
