Por: Bernardo Sabisky
La reciente inauguración de la estatua de la Virgen del Valle, la más alta del mundo con una impresionante altura de 52 metros, ha desatado una ola de controversias en la provincia. La obra, que supera en altura al emblemático Cristo Redentor de Brasil, ha sido impulsada por el empresario local Walter D’Agostini con el objetivo de devolver a su comunidad lo que su familia recibió como inmigrantes.
La majestuosa estatua, revelada al público el pasado 7 de septiembre en una ceremonia que contó con la presencia del obispo local, ha captado la atención tanto de fieles como de turistas. Sin embargo, la inauguración no ha estado exenta de críticas debido a los costos asociados con el acceso a este nuevo punto de interés.
Un Acceso Controversial: Costos y Críticas
La principal controversia gira en torno al sistema de transporte que se ha establecido para llegar a la base de la estatua. Debido a la dificultad del camino, se ha dispuesto un servicio de combi que transporta a los visitantes desde la base hasta la imponente figura. Los precios para utilizar este servicio son de 10 mil pesos para residentes locales, 15 mil para visitantes de otras provincias y 20 mil para extranjeros.
Walter D’Agostini explicó en una entrevista radial que “nunca ni siquiera hicimos un plano ni nada por el estilo. Empezamos a construir, hasta que llegamos un día que la fuimos a medir cuando la terminamos”. En cuanto a la infraestructura adicional, la obra incluye un pequeño bar y servicios sanitarios para el confort de los visitantes.
Sin embargo, estas tarifas han generado malestar, especialmente entre los catamarqueños, quienes consideran que el acceso debería ser más accesible. Marcelo Gallo, periodista editor de El Ancasti, ha expresado su preocupación, afirmando que “está lucrando con la fe de la gente”. Gallo argumenta que la obra fue inicialmente presentada como un acto de devoción, pero luego se descubrió una lógica comercial detrás del proyecto.
La Opinión Dividida: ¿Un Emprendimiento Turístico o un Acto de Fe?
El debate se ha intensificado en la comunidad catamarqueña, donde la devoción por la Virgen del Valle es profunda y arraigada. Gallo subraya que “si hubiese sido presentado como un emprendimiento turístico, no hubiese habido problemas. Pero como ha sido presentado como un acto de devoción, y después hay por atrás toda una lógica comercial, es un mercader del templo, que es lo que se condena”.
A pesar de las críticas, algunos consideran que el emprendimiento tiene el potencial de convertirse en un ícono turístico importante para la región. La estatua de la Virgen del Valle podría atraer a numerosos visitantes, generando así un impacto económico positivo en Catamarca.
La inauguración de la estatua de la Virgen del Valle ha suscitado una mezcla de entusiasmo y controversia en Catamarca. Mientras algunos ven en esta monumental obra una oportunidad para el desarrollo turístico, otros cuestionan la motivación detrás del proyecto y la accesibilidad para los fieles. El tiempo dirá si esta imponente estatua logrará equilibrar la devoción religiosa con el emprendimiento turístico, o si la polémica seguirá marcando su historia.
Fuente: Agustín González para Cadena 3