Por: Lucía Muller
¡Hola! Hoy les traigo una receta que va a hacer que todos se queden boquiabiertos: la famosa Torta Selva Negra. Es una de esas tortas clásicas que siempre se roban el protagonismo en cualquier mesa. Y lo mejor de todo es que no es tan difícil de hacer como parece, solo hay que tener un poquito de paciencia y seguir los pasos. Así que, prepárense para mimar a su paladar con esta delicia.
Ingredientes:
Para la torta de chocolate:
5.000 g de premezcla para torta de chocolate
2.500 g de agua
1.250 g de huevos (aproximadamente 25 unidades)
1.250 g de aceite
Para la crema chantilly:
2.500 g de crema chantilly
750 g de azúcar
750 g de leche fría
Para la decoración:
2.500 g de almibar de cereza
2.500 g de cerezas marrasquino
Para la cobertura:
2.500 g de cobertura de chocolate
Pasos para la preparación:
Preparar la torta de chocolate:
Colocamos todos los ingredientes (premezcla, agua, huevos y aceite) en la batidora. Ojo, que si no tenés batidora, con unas varillas también se puede, pero como siempre digo, si tenés la batidora, ¡no dudes en usarla!
Mezclamos a baja velocidad durante unos 4 minutos. Si ves que la mezcla está suave y homogénea, ¡listo! Ya está.
Vertemos la mezcla en un molde de 22 cm de diámetro (y bien enmantecado o forrado con papel manteca, eh).
Horneamos a 150°C durante unos 45 minutos. Ojo, el tiempo de cocción puede variar dependiendo del horno, así que chequeá con un palillo para ver si sale limpio.
Preparar la crema chantilly:
Asegúrate de que la crema esté bien fría, ¡esto es clave! Yo la pongo en la heladera un buen rato antes de batirla.
Batimos la crema chantilly junto con el azúcar hasta que se forme una textura tipo «yogurt espeso». No tiene que ser demasiado firme, pero sí consistente. Si la crema está demasiado blanda, va a ser un lío para armar la torta, así que ojo con eso.
Añadimos la leche helada y seguimos batiendo hasta que obtengamos la consistencia que buscamos. ¡Y ya está! La crema chantilly perfecta.
El montaje de la torta:
Una vez que la torta esté completamente enfriada (es muy importante que no esté caliente para que no se derrita la crema), la cortamos en tres discos.
Humedecemos cada capa con el almibar de cereza. No hace falta empaparlas, pero sí que queden bien mojadas para que la torta quede jugosa y deliciosa.
Luego, rellenamos con una capa generosa de crema chantilly y, si querés, podés picar algunas cerezas marrasquino y agregarlas al relleno. ¡Esto le da un toque espectacular!
Repetimos el proceso con la segunda capa de torta y crema chantilly. Son tres capas de torta, así que no olvides dejar dos rellenos con la crema.
La decoración final:
Una vez montada, cubrimos toda la torta con la crema chantilly que nos quedó. No hace falta que quede perfecta, pero sí que esté bien cubierta.
Para el toque final, rallamos un poco de chocolate y lo espolvoreamos por encima. Y no te olvides de las cerezas, ¡colócalas con cariño sobre la torta!
Y ya tenés tu torta selva negra lista para sorprender a todos. Con ese sabor tan especial y su apariencia tan tentadora, seguro que no pasa desapercibida. Yo te recomiendo que la dejes reposar un par de horas en la heladera antes de servirla, así los sabores se mezclan mejor y la crema se asienta.
¿Sabés qué? Cada vez que hago esta torta, me acuerdo de cuando era chica y mi abuela la preparaba para las fiestas familiares. Era un momento que esperaba con mucha emoción, porque además de lo rica que estaba, me encantaba verla decorada con tantas cerezas. ¡Esas cerezas! Algo tan simple, pero que le da el toque de la selva, ¿no?
Bueno, espero que te haya gustado esta receta. Cualquier cosa, ya sabés, ¡me podés preguntar! ¡A disfrutar de esta maravilla!