Por Bernardo Sabisky
Llegar a Terrazas de Colón, en la hermosa provincia de Entre Ríos, fue una experiencia que superó todas mis expectativas. Desde el momento en que llegué, fui recibido con una cordialidad genuina por parte del personal, quienes no solo me hicieron sentir bienvenido, sino que también demostraron un profesionalismo impecable. La atención del personal, es un verdadero diferencial.
La habitación en la que me hospedé es un verdadero refugio de confort. Cuentan con todas las comodidades que uno podría desear: cocina completa, hidromasaje en cada habitación, sommiers de excelente calidad, aire acondicionado, calefacción central y, por supuesto, televisión por cable. Cada cabaña tiene su propio deck privado, ideal para relajarse mientras se disfruta de la tranquilidad del entorno. Además, la limpieza es impecable; el servicio de mucama diario y la ropa blanca fresca hacen que la estancia sea sumamente placentera.
El parque es amplio y está meticulosamente cuidado. Caminar por sus senderos es una delicia, especialmente con el perfume de los árboles frutales que envuelven el ambiente. La piscina climatizada, en funcionamiento desde marzo hasta noviembre, es un oasis para relajarse. Las instalaciones son ideales para disfrutar tanto de momentos de relajación como de actividades recreativas, como juegos infantiles, ping pong o simplemente descansar en el solarium.
Uno de los aspectos que más disfruté fue el restaurante del complejo. La cocina a la vista permite ver la dedicación con la que se preparan los platos. Opté por la media pensión, y tanto el desayuno como la cena superaron mis expectativas. El desayuno es completo, con panes caseros, mermeladas artesanales y una variedad de opciones que no dejan a nadie indiferente. Las cenas, con ese toque gourmet en platos regionales, son abundantes y deliciosas. Me encantó la opción del plato del día, siempre a un precio accesible y con productos frescos de la zona.
Si bien mi estadía fue corta, disfruté de la cercanía con el Arroyo Artalaz, que agrega un toque natural aún más especial al entorno, y aproveché para realizar algunas excursiones por los alrededores, como una visita a las termas y un paseo a caballo. Terrazas de Colón ofrece todo lo que un viajero puede desear: comodidad, belleza natural, excelente atención y una cocina que deja huella.
Si buscan desconectarse del estrés diario y disfrutar de un lugar donde el servicio y la naturaleza se combinan de manera excepcional, este es el lugar ideal. Sin duda, regresaré.